Objetivo y Contexto
El 22 de noviembre de 2021, el Banco Central Europeo (BCE) publicó la primera evaluación sobre la gestión de los riesgos climáticos y medioambientales de las principales entidades de crédito del Mecanismo Único de Supervisión (SSM). Este informe tiene como objetivo mostrar una imagen completa de la situación actual y su potencial dirección de la gestión de los riesgos climáticos y medioambientales (C&A) del sector bancario europeo, además de facilitar un conjunto de buenas prácticas tras el análisis realizado.
Este documento se enmarca dentro de la Guía de Noviembre de 2020 sobre la gestión de los riesgos climáticos y medioambientales. En ella, el BCE exponía las directrices y expectativas sobre cómo las entidades financieras deben gestionar y divulgar estos riesgos en la formulación e implementación de sus estrategias de negocio, así como el marco de gobernanza y gestión de riesgos, incluyendo los test de estrés. Para el control y seguimiento de esta gestión bancaria, el BCE definió dos pasos: en primer lugar, a principios 2021 se pidió a las entidades de crédito que realizarán una autoevaluación de su situación con respecto a la guía mencionada y elaborarán un plan de acción a tenor de la misma, y sobre el que se ha basado este informe objeto de estudio. Y un segundo paso que incluye, la realización de un examen de supervisión completo de las prácticas y adopción de medidas de seguimiento concretas. En línea con este último paso, el BCE llevará a cabo el primer test de estrés climático entre Marzo y Junio de 2022 para el que se publicó la Metodología el mes pasado.
Resultados
Este informe evalúa la situación del sector bancario en este ámbito en cinco bloques: situación actual de la gestión de los mismos, modelo de negocio, gobierno y apetito por el riesgo, gestión de riesgos y divulgación.
1. Situación actual bancaria en la gestión de riesgos climáticos y medioambientales
El BCE considera que mientras las principales entidades del grupo analizado, han avanzado considerablemente en alinear sus prácticas con las esperadas por el supervisor mediante el asentamiento de las bases que reflejan los riesgos C&A en sus procesos; son pocas las que las han incorporado en sus procesos de planificación estratégica. Por ello, considera que la mayoría no podrán alinearse con las expectativas de los supervisores en un futuro próximo, si continúan en esta línea.
Sin embargo, en cuanto a la implementación de planes de mejora, la mayoría de las entidades han volcado sus esfuerzos en el desarrollo de planes que mejoren sus prácticas, pero considera que la calidad de estos planes varían en gran medida dependiendo de las instituciones. Solo un tercio de las entidades tienen planes adecuados ya que abordan la mayoría de los gaps que existen en su estrategia. Sin embargo, las restantes organizaciones no han adoptado planes específicos a su situación al no incorporar detalles operativos, hitos intermedios ni tienen en cuenta los riesgos físicos y/o de transición.
2. Modelo de negocio
Mientras que una parte numerosa de entidades han incorporado en su modelo de negocio y estrategia los riesgos C&A, mediante el desarrollo de políticas y procedimientos como sistemas de análisis de impacto del cambio climático sobre su negocio; solo el 40% ha desarrollado políticas de control y seguimiento de estos impactos. En cuanto a la estrategia, son muy pocas las entidades que aplican KPIs y análisis de escenarios a la hora de definir e implantar sus estrategias de negocio.
El informe muestra que si bien, las entidades de crédito han mejorado considerablemente en la integración de los riesgos C&A en las estructuras de gobierno mediante acciones como, la asignación de responsabilidades a algún miembro del Consejo de Administración o subcomité; esta asignación no puede ser efectivamente ejercida dado que tan solo el 15% de las entidades integran estos riesgos en los informes presentados a los órganos de dirección, dificultando la inclusión de estos riesgos en la definición de las estrategias de las organizaciones.
En cuanto a los riesgos, más de la mitad reconoce haber comenzado a incluir los riesgos C&A en sus procesos de identificación. Sin embargo, el BCE ha detectado que los procesos de control y seguimiento son deficitarios, ya que solo el 20% incluyen métricas en sus análisis de apetito por el riesgo, y en tal caso, tienen una naturaleza cualitativa. Asimismo, solo el 15% utilizan datos de los clientes a nivel de activos físicos, por lo que la mayoría de las entidades no integran de manera completa los datos sobre los riesgos C&A en sus informes.
4. Gestión de riesgos
La mayoría de instituciones han comenzado a analizar sus exposiciones a los riesgos climáticos y medioambientales, pero su enfoque tiene todavía un carácter muy cualitativo. Pocas organizaciones utilizan proxies o técnicas de estimación que les permitan realizar un análisis de materialidad más preciso que finalmente, les facilite el seguimiento de su evolución. Sin embargo, los riesgos que las entidades están teniendo en cuenta en mayor medida, son los climáticos dejando a un lado aquellos que pertenecen al ámbito de la biodiversidad y la contaminación. Así, solo hay una institución que mida la huella de biodiversidad de sus inversiones y su portfolio de préstamos.
El BCE realiza una evaluación más exhaustiva en este punto dependiendo del tipo de riesgo. En relación al riesgo de crédito, considera que en su mayoría integran los riesgos C&A, adaptando sus políticas y procedimientos, pero solo un 33% realizan clasificaciones de sus clientes en base a la exposición a estos riesgos y en principalmente, tienen un carácter cualitativo. En cuanto a los riesgos operacionales, gran parte de las instituciones han incorporado en sus políticas, solo los riesgos físicos para sus procesos críticos, pero en términos de reputación, judiciales y regulatorios, muy pocas entidades han evaluado cómo pueden impactar los riesgos C&A en sus procesos. La incorporación de los criterios ambientales y climáticos no son tenidos en cuenta por el 90% de las entidades a la hora de evaluar el impacto sobre su liquidez y aquellos que los incorporan, lo hacen dentro del marco de test de estrés para el que la mayoría de los casos se centra en los riesgos físicos.
5. Divulgación
El análisis realizado por el BCE solo cubre el ámbito de políticas internas relativas a la divulgación de información en materia de riesgos C&A. La entidad supervisora concluye que se ha producido una mejor divulgación de información ESG en los informes anuales del sector bancario, gracias al empuje por parte del regulador y del supervisor a través de la aprobación del Reglamento de la Taxonomía, SFDR, la propuesta de modificación de NFRD (CSRD) y las ITS del Pilar III de la Autoridad Bancaria Europea, entre otra legislación. Sin embargo, muy pocas entidades han incorporado estas obligaciones en sus políticas internas, y tampoco informan de la materialidad de su información en riesgos C&A para la toma de decisiones.
Conclusiones
Aunque las principales entidades financieras europeas han comenzado a asentar las bases para la integración de los riesgos climáticos y medioambientales, los planes y políticas adoptados tienen un carácter muy superficial. Esto presenta una situación complicada para el sector bancario europeo y global, dado que tal y como urge el propio Banco Central Europeo uno de los mayores retos que afronta la humanidad es la lucha contra el cambio climático, implicando una necesidad de transformar la economía y el sistema financiero, jugando un rol fundamental las entidades de crédito como canalizadores de flujos de capital a la economía.
La incorporación de los factores ESG conlleva grandes retos a nivel estratégico y operacional, requiriendo un compromiso transversal de las compañías, desde los órganos de dirección hasta las áreas más operativas. Desde N World, gracias a nuestra combinación única de capacidades, acompañamos a nuestros clientes para evolucionar su gestión de riesgos climáticos y medioambientales e integrarlos de manera óptima y transversal en las entidades financieras.